lunes, 5 de marzo de 2012
El Laurel del Guadalete..
Si.. Vino enfundado en un terno verde esperanza y oros, con un entorchado de laureles en la espalda, y una cadena de hojas de Laurel en las mangas, y bandas de la taleguilla… Así como de un esportón de ilusiones adobado de emoción que nadie quiso perderse hoy. El día de su reaparición en esta coqueta simulación de maestranza sevillana..
La tarde mecida en un compás a barlovento, intentaba de nuevo ser fanfarrona, apoyada en un vientecillo bravucón, que al despejo de cuadrillas tomó el olivo.. No tenía nada que hacer.. Pues la virgen de la Esperanza de Triana junto a nuestra señora del Rocío y la extremeña nuestra señora de Guadalupe tenían la tarde comprometida con el maestro Padilla, y todos estábamos rezando alguna oración por este hombre que tanto ha sufrido estos meses pasados, sin saber si pudiera volver a la pasión de su vida y su trabajo.. El toro!..Y hoy pudo correr los visillos de la penumbra, viendo el amanecer de un nuevo día lleno de ilusiones y esperanzas ..
El sumiso y humillado público volvió otra vez al vía crucis del día anterior en aquellos tendidos abarrotados que tienden a ser peligrosos por angostos y empinados..Volvió la corrida a darse treinta minutos después de su hora anunciada y nadie protestó. Los sindicalistas no van a los toros?..
Después de acoplados, ó semi-acoplados, de nuevo el público en pie, nada más aparecer Juan José sobre el albero, le tributó la más solemne y sonora ovación de toda la feria para el solito…Y antes de salir su primero, otra vez el público le obligó a salir al tercio, solicitando este a su vez la presencia de sus dos acompañantes de esta tarde en el cartel y compartir con ellos, sus amigos incondicionales, el gesto elegante de una placita sandunguera y una audiencia de lo mejor, que esperaba impaciente todo el invierno este momento de gracia para la fiesta.. La presencia del jerezano, devuelto a los corredores del toro, por el buen hacer de los galenos baturros y nuestra señora Del Pilar que encargó fervientemente a la persona del doctor Valcarreres, y García Perla, a los que agradecido brindara la muerte de su primer toro, desde aquella fatídica tarde en el coso de Pignatelli, hasta hoy reaparecer en el concurso con estos dos macizos puntales de la tauromaquia más excelsa del momento, El suspiro de la Puebla, de “catafalco y oros” y el turronero que hoy vino de “obispo y oros” con cabos blancos.. Ellos fueron los “acuarelistas” en los lienzos de esta tarde, pues sus pinceladas suaves, de trazos cortos, se fueron diluyendo en aguas del Guadalquivir que no encontró bravas y sólidas orillas donde amarrar a buen puerto su graciosa y templada marea que no detuvo su navegar hacia Sanlúcar.. Así como el marinero de dulzainas de moras y cristianas faenas, que puso rumbo hacia el levante dejando alguna tableta de turrón por degustar..
Los óleos de esta tarde, los supo emplastecer el Ciclón de Jerez. Ayudado por un bravo castaño chorreao, ya con hechuras de toro, y el pirata puso el resto..Se echó de rodillas y le enjaretó una larga cambiada para después sacar la casta y la hombría que lleva en sus genes este jerezano, (paisano de aquel calé que tanto nos hizo suspirar) y abrió el compás echó las manos pa´bajo, templó el chorreao con maciza actitud y provocó al tendido que lo jaleó con el alma aproa…Había vuelto la emoción.. Aleluya!... Después llamó a sus compañeros para ofrecerles un par de banderillas que el de la Puebla del río puso con inusitada elegancia, garbo y majestad, así como el turronero sin dejarse ganar, clavó sobre al pitón izquierdo con toda pureza y arriesgada apostura al consentir que el castaño le pusiera las babas en el corbatín..
Todo un esbozo pictórico en el acto sacramental de la ceremonia torera sobre el albero oliventino...El ciclón llama a su padre para en un acto emotivo, brindarle la muerte de este burel que prestara su bravura en este acto finale digno de una obra de Puccini, todo el sentir de una plaza entregada a su causa, se arrebujó a padre e hijo fundidos en un mismo abrazo.. Esto es la fiesta de los toros!..Y ya en harinas surgió espontáneo el fandango desde el tendido, de una voz de los Palacios..Manuel Orta.. Garganta flamenca y clara de la vieja Andalucía..Así como la del extremeño Miguel de Tena, que nunca duda prestar su quejío a sus amigos los toreros…Gente del pueblo llano para ensalzar más aún el instante de magia en la tarde noche oliventina en su más fiel muestra, y sentir del suelo patrio.. Nuestra identidad, sin mariconeos de necios progresismos que en nada nos identifica.. Mientras, Padilla abierto el compás volvió a bajar las manos con la pañosa, barriendo las arenas del albero con poderío del chachi, y escapaban se de la emblemática filarmónica las notas de la “ópera flamenca” y aquella candela ardió de locura para el recuerdo latente en las almas aficionadas..
El juego de los bureles corridos en esta ocasión, también descastados, faltos de fuerzas..Solo este, corrido en cuarto lugar castaño chorreado que permitió un triunfo a su matador, y un extraordinario tercio de banderillas compuesto por los tres matadores a solicitud de Juan José. Que anduvo como un novillero sin contratos en los dos de su lote.
Pero la tarde tuvo sus importantes “cosillas” amén de estas, ya descritas, resaltar el modelo exquisito de las cuadrillas..
No se puede entender una corrida sin el concurso especialísimo de la infantería, y de la caballería torera..El fino jinete, picador de toros, José Antonio Barroso, también jerezano y sucesor de una afamada familia en la historia taurina, hoy a las órdenes de J,M. Manzanares, estuvo torero, valiente, y preciso echando el palo, y el pecho pa´lante en el toro que también se lucieran el estilista sevillano Curro Javier, su compañero Luis Blázquez, y la “ plata de Puerta-oscura” El cabezón de Gibralfaro, maestro entre maestros..
El malagueño Juan José Trujillo. Que puso a la plaza boca pa´bajo en un escalofriante tercio de banderillas..Señores... No va más!...
Queda dar fe del apoteosis finale que supuso esta corrida del ciclo más torero y primaveral de nuestra España aficionada.. Aquí estuvo toda ella, sin distinción de clase social alguna..Que haciendo oídos sordos a los sindicatos y a la mismísima crisis, vino a esta bella ciudad de Olivenza a quitarse la modorra del invierno tan cruel que nos ha hecho pasar la política mediocre y ramplona de los que van a tardar en volvernos a engañar..
Ni el azul mediterráneo
ni el Guadalquivir más moro!
Ni juntos codo con codo
tuvieron el sucedáneo
de aquel viejo Guadalete
ni de su hijo el laureado..
Sevilla "nomadejado"
y el turronero algarete..
España se le rindió
ofreciéndole su amor
por su casta y pundonor!
Olivenza fue y cumplió..
Puso las telas del alma
y acicalados sus muros
le ofreció su amor más puro
luso ángel.. En toda calma..
Pero él le puso la casta
y su entrega más total.
Y también su femoral
pa que mordieran las astas
de aquel burel chorreao
que sometió a su canasto..
Llevó su muleta arrastro
atrás lo había dejao
dominando su embestir!
Y quien se lo iba a decir
tanto tiempo, y sufrimiento,
rumiando siempre el momento
de apostar y conseguir?..
Por esto maldita sea
tuviste que pelear
ya vendrá la pleamar
y subirá la marea..
Y tú volver a la mar
esa mar de sol y sombras..
Esos alberos calientes..
Volverás todo un valiente
que te fuiste, y se te nombra
no hay dudas.. De sangre ardiente!...
fernando naranjo duran
5-3-2012
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