Testigo de mi
tiempo.-
El tiempo, como la mar,
devuelve aquello robado;
los vestigios del pasado
su grandeza o deshonor
de un tiempo que ya pasó
tras algún crucificado.
El tiempo y su maquinaria
nos deja su indeleble huella
que retorna cual tiovivo
de manera intemporal;
como el sol, luna o
estrellas
en su espacio sideral.
La mar devuelve naufragios
y el rencor encallecido,
como algún que otro tesoro
que al habitar en nosotros
devuelva el tiempo a su estado
a los que olvidó el olvido.
Vuelve la ira y la codicia
a gestar malos augurios,
y han devuelto a toda
prisa
sobre la tierra caliente
un licuado disolvente
que inmundo nos enceniza.
y ésta gira hacia la
muerte,
codo a codo van cosidas
y fieles ellas se
encuentran
en el camino de siempre.
Y en ese compás de espera
la Noria y los caballitos
-que ya no son de madera-
volverán a girar juntos
anunciando primaveras.
Quien pudiera en mi
gramola
volver a manipular;
y girar aquellas aspas
del pequeño volador
en mi infancia de azahar.
Ahora que todo es yermo
sobre mi punto de fuga,
quiero de nuevo soñar;
volviendo aquel mundo
mágico
donde me sitúa el sueño,
que va girando a mi par.
Fernando naranjo duran
20/04/2020