De entre “tiovivos”.
Yo nací
de entre tornillos
que
armaron los castilletes,
de
aquellos viejos tiovivos
que mis
mayores tuvieron
y hoy mis
recuerdos ofrecen.
Yo nací
de entre durezas
que fue
ofreciendo el destino,
y atesoré
las riquezas
que el
sol bruñó sin perezas
indicando
me el camino.
Nací con
obligaciones
errante
de feria en feria;
con
vetustas atracciones
yo palié,
con sensaciones
donde
antaño, hubo miserias.
Descarnadas
carreteras
con
ilusiones rodé;
para mí
no hubo fronteras
y mi alma
volver quisiera,
donde fue
feliz ayer.
Donde
animé e hice amigos;
donde el
sol tanto apretó
en días
interminables;
donde
sopesó la luna
la
abnegación encomiable.
Donde
endurecí mis manos
y se
nutrió mi conciencia,
me
arroparon mis hermanos;
pues
anduve entre villanos
de
virulentas esencias.
Y sufrí
calamidades
atesorando
riquezas,
entre
aquellas vanidades,
y las
zafias oquedades
de
algunos con qué tropiezas.
Me echó
la mala ralea
de una
mara sin escrúpulos;
la que
mueve la azalea,
venenosa
y maloliente
que acelera
los crepúsculos.
La pluma
es daga o florete,
¡munición
con espoleta!
Que
trasnochada arremete
o en
liturgia, defensora,
firme
adarga del poeta.
Fernando
naranjo duran
31/01/2020