Ehh.. Oiga, ¿va usted a los toros?...
(vivencias de un viejo feriante)
Una tarde cualquiera, en algún punto de nuestro suelo ocurrió
¿He oiga, va usted a los toros? Pregunté
a una familia, un matrimonio de los de “antes” que se hacían acompañar de un
niño de ocho o diez años, un matrimonio de los que no hacen ascos a llevar a su
prole e iniciarlos en este viejo y costumbrista sentimiento hacia nuestra fiesta
más genuina. Sorprendido me observa el infante desde su párvula mirada,
mientras su padre dejaba entrever su resignación comentando a su vez, ¿es que
no ha mirado en las taquillas los precios de los tendidos? Cuando allá veo venir
un grupo de peñistas, de los que jalean cualquier cosa que se les ponga por
delante a los jefes de cuadrillas en un festejo en la feria de su ciudad. Más,
ya vienen “preparados, para animar la espera”, (como dijo aquel programa
taurino “Los Toros” del tío Pepe y su sobrino” en la radio de cretona de aquella Sevilla en mis tiempos de niñez
y adolescencia)
O aquellos ‘nuevos
acomodados’ que no dudan como nuevos
ricos presentarse en sociedad, y comienzan su andadura social asistiendo a los
tendidos de sombra, cuesten lo que cuesten para dejarse “ver” ¡pues no faltaba
más! Se adivina también la llegada de los que pasan al interior de “baracalofi”
que son más de los que usted se imagina. Este espectáculo, como casi todos,
está castigado por los “gañotes” de turno: políticos y autoridades locales, con
o sin graduación; o aquellos que soban las espaldas a los organizadores en
cualquier momento del año, con tal de “chorar” un pase, de callejón, o en
último caso subir al tendido, apretando los escaños é incomodando así al que honestamente
se rasca los bolsillos para subir a los incómodos aledaños de nuestros viejos
cosos.
Les cuento, a
propósito de esto; una vez en un pueblo, (entonces nada taurino) Siendo de los
más grandes de esta región extremeña y quizás entre los más grandes de este país, cuando asistí a un festejo en
una plaza portátil, que se instaló justo
a unos metros de mis (autos de choques)
en una feria que solía celebrarse en pleno invierno, y cuando apenas faltaban diez
minutos para que la terna hiciera el
paseíllo, entre los cuales desfilaría el exquisito torero de Linares en sus
comienzos, Curro Vázquez, esperando comenzar
dicho festejo, nos encontrábamos allí encaramados unas cincuenta personas,
pagando religiosamente nuestro boleto de entrada, cuando a este minúsculo grupo
se añadiera algunos más entre familias de la guardia civil, personal del ayuntamiento,
veterinarios, y demás consortes, los que a un centenar no sobrepasarían, cuando
oigo un tumulto en el exterior, justo en la puerta de cuadrilla, me acerco y
veo al señor Cañas, experimentado empresario andaluz de Écija, (ya entonces mayor)
organizador de este evento taurino, el que acaloradamente discutía con los ‘mulilleros’
de arrastre; gentes del pueblo, que pretendían hacer pasar “de válvula” a sus
familiares, que sumarían otras quince o veinte personas más.
Bajé del tendido, al reconocer algunos de los amotinados, quizás
mozos de carros pertenecientes a la naciente empresa de movimientos de áridos de
los “Pajilla” y avisados” mis empleados que rondaban cerca del meollo, pudimos
echar un capote, al viejo Cañas, y así dar fin a tan lamentable situación. El
pueblo en cuestión fue Don Benito. Hoy precisamente en la wed Badajoz
taurina.com, se anuncia a bombo y platillo la inminente apertura de todo un
Coso taurino acorde con el rango de esa ciudad, capital de las vegas altas del Guadiana,
cuyo promotor y constructor es nuestro amigo y gran aficionado a la Fiesta Nacional.
Don Juan Barco, (De Almendralejo) poseedor a su vez del Museo Taurino más completo
de todo este país.
Esperaré tras el protocolo de tal evento, por si se les
ocurre a la prensa informar de cómo y de
quién nació la idea de ese sentimiento, capaz de conmover el sentir más
popular, encelando así al organismo municipal, el que en esta ocasión prestó su
aliento incondicional en las tareas de ésta nueva edificación , que no fue otro
que, el batallador Don José Jiménez, un anciano muy aficionado, al que vi torear
en la finca de D. Demetrio Lancho, con el capote como lo hicieran aquellos
clásicos del Madrid de los Austrias, recordándome a Sánchez Bejarano, madrileño
de la vieja escuela, al que recuerdo en un filmación ya de mayor y acabó viviendo
sus últimos años en Sevilla. Al que no
veo desde hace mucho tiempo atrás.es a Don José, que fue Jefe militar de rango superior,
un valiente charro de Peñaranda de Bracamonte, con el que trabé una gran
amistad, siendo a su vez muy amigo mis amigos y compañeros feriantes Rubio-Soyo,
de los Palacios (Sevilla) y a su vez también de la familia ganadera Guardiola Domínguez y
Pérez de Vargas; D, José que vive, o
vivió en Don Benito, desde hace mucho tiempo..
¿Lo que son las cosas?
El mismo Juan Ángel Franco, crítico de solera y director
del programa, “los toros” en radio Extremadura, (al que acompañé en ocasiones
radiofónicas hoy acabábamos la grabación de la tertulia, que se emitirá en
diferido hoy domingo a las trece
treinta) al que posteriormente contestaba al otro contertulio, director de la citada
Wed Badajoz Taurina, Antonio Girol, sobre las afluencias e influencias que “atesoran”
nuestra fiesta de toros. Cierto es que, difícil es llenar un Coso, si no se acartela
en el mural un torero con tirón propio o algún otro e inesperado valor sobresaliente”
de la temporada “de curso legal “después de culminar los puertos de montaña,
Valencia. Sevilla. Madrid, ¿y cómo no? Nuestra Olivenza, tan de moda en estos
tiempos. ¿Pues, solo si viene un torero que exige un suculento montante para sortear
“ una corrida” su lote entre seis utreros?
Como para una novillada, que no de San Isidro, ni de Calasparra, o
Cenicientos, precisamente; que es a donde van a dejarse la piel los modestos, los
que de verdad quieren demostrar que juegan un duelo a vida o muerte. De no ser
así la cosa no tiene gran importancia.
Y esto no se debe consentir. Un mal endémico cosido en las
entretelas y entresijos de una “era” tan
trillada que solo levanta el polvo, por
qué el grano, es el que le sale a toda la fiesta, en sus posaderas como es
costumbre; y apostillaba yo entre ambos, sus comentarios, sobre
las tendencias y sentencias de los antiguos, y puse de ejemplo a mi Sr, padre,
el que preguntaba, ¿de quién es la corrida que viene a esta feria? Y seguidamente, ¿y quién la mata?
El toro de la cara rizada, testas sin máculas, y zapatos
con alas, badanudos, el que arrastra la cola por los alberos, debe volver. De
lo contrario esto se acaba. Tienen que volver a lucirse los “caballeros pardos”
y aun, vistiendo de oros, demostrar, ¡el porqué de sus dorados rangos! ¿Como
creen ustedes que nuestro Faraón y su homólogo, el divino filósofo de Jeré’, el
incomparable Arcángel ‘De Paula’ pudieran haber estado tanto tiempo haciendo el paseíllo? Pues
porque el toro de ahora no hace la puta mili, y deambula bobalicón, aunque
cornalones y mú bien criaos sí que están, tapando la trampa en la que se encuentra
nuestra desdichada fiesta, falta de casta y trapío acorde su genética brava y vía
ganadera.
Después llegan estos de los “derechos” sin oficios, pero
con beneficios, activistas ellos, abogando por el deporte más nacionalizado; el
de tratar desestabilizar por orden superior de “rubia-calva” y el ‘bambino’ de
León, nuestras señas más cultas e identificativas ante el mundo civilizado, las
que no se dignan en prestar la necesaria
ayuda, y solo acuden a su acoso y
derribo, estos indocumentados políticos de hoy.
¿Cómo no pueda ser yo, políticamente correcto? ¿Si
toda mi vida estuve negociando
con gerifaltes y mafiosos de todos los colores? “Yo voy soñando viajero a lo
largo del sendero. ¿Adónde el camino irá? Llegó a preguntarse uno, del cual soy su más
ferviente seguidor. Claro, uno de los de antes ¿si levantara la cabeza, me
gustaría saber qué pensaría de lo que ocurre hoy?..
Fernando naranjo
16-01-2011
Mi viejo artículo de opinión sobre la fiesta.