sábado, 16 de enero de 2021

Ehh.. Oiga, ¿va usted a los toros?.

 


 

 

Ehh.. Oiga, ¿va usted a los toros?...

(vivencias de un viejo feriante)

Una tarde cualquiera, en algún punto de nuestro suelo ocurrió ¿He  oiga, va usted a los toros? Pregunté a una familia, un matrimonio de los de “antes” que se hacían acompañar de un niño de ocho o diez años, un matrimonio de los que no hacen ascos a llevar a su prole e iniciarlos en este viejo y costumbrista sentimiento hacia nuestra fiesta más genuina. Sorprendido me observa el infante desde su párvula mirada, mientras su padre dejaba entrever su resignación comentando a su vez, ¿es que no ha mirado en las taquillas los precios de los tendidos? Cuando allá veo venir un grupo de peñistas, de los que jalean cualquier cosa que se les ponga por delante a los jefes de cuadrillas en un festejo en la feria de su ciudad. Más, ya vienen “preparados, para animar la espera”, (como dijo aquel programa taurino “Los Toros” del tío Pepe y su sobrino” en la radio de  cretona de aquella Sevilla en mis tiempos de niñez y adolescencia)

 O aquellos ‘nuevos acomodados’ que no dudan  como nuevos ricos presentarse en sociedad, y comienzan su andadura social asistiendo a los tendidos de sombra, cuesten lo que cuesten para dejarse “ver” ¡pues no faltaba más! Se adivina también la llegada de los que pasan al interior de “baracalofi” que son más de los que usted se imagina. Este espectáculo, como casi todos, está castigado por los “gañotes” de turno: políticos y autoridades locales, con o sin graduación; o aquellos que soban las espaldas a los organizadores en cualquier momento del año, con tal de “chorar” un pase, de callejón, o en último caso subir al tendido, apretando los escaños é incomodando así al que honestamente se rasca los bolsillos para subir a los incómodos aledaños de nuestros viejos cosos.

 

 Les cuento, a propósito de esto; una vez en un pueblo, (entonces nada taurino) Siendo de los más grandes de esta región extremeña y quizás entre los más grandes  de este país, cuando asistí a un festejo en una plaza portátil, que se instaló  justo a unos metros de mis  (autos de choques) en una feria que solía celebrarse en pleno invierno, y cuando apenas faltaban diez minutos para que la terna hiciera  el paseíllo, entre los cuales desfilaría el exquisito torero de Linares en sus comienzos, Curro Vázquez,  esperando comenzar dicho festejo, nos encontrábamos allí encaramados unas cincuenta personas, pagando religiosamente nuestro boleto de entrada, cuando a este minúsculo grupo se añadiera algunos más entre familias de  la guardia civil, personal del ayuntamiento, veterinarios, y demás consortes, los que a un centenar no sobrepasarían, cuando oigo un tumulto en el exterior, justo en la puerta de cuadrilla, me acerco y veo al señor Cañas, experimentado empresario andaluz de Écija, (ya entonces mayor) organizador de este evento taurino, el que acaloradamente discutía con los ‘mulilleros’ de arrastre; gentes del pueblo, que pretendían hacer pasar “de válvula” a sus familiares, que sumarían otras quince o veinte personas más.

Bajé del tendido, al reconocer algunos de los amotinados, quizás mozos de carros pertenecientes a la naciente empresa de movimientos de áridos de los “Pajilla” y avisados” mis empleados que rondaban cerca del meollo, pudimos echar un capote, al viejo Cañas, y así dar fin a tan lamentable situación. El pueblo en cuestión fue Don Benito. Hoy precisamente en la wed Badajoz taurina.com, se anuncia a bombo y platillo la inminente apertura de todo un Coso taurino acorde con el rango de esa ciudad, capital de las vegas altas del Guadiana, cuyo promotor y constructor es nuestro amigo y gran aficionado a la Fiesta Nacional. Don Juan Barco, (De Almendralejo) poseedor a su vez del Museo Taurino más completo de todo este país.

Esperaré tras el protocolo de tal evento, por si se les ocurre a la prensa  informar de cómo y de quién nació la idea de ese sentimiento, capaz de conmover el sentir más popular, encelando así al organismo municipal, el que en esta ocasión prestó su aliento incondicional en las tareas de ésta nueva edificación , que no fue otro que, el batallador Don José Jiménez, un anciano muy aficionado, al que vi torear en la finca de D. Demetrio Lancho, con el capote como lo hicieran aquellos clásicos del Madrid de los Austrias, recordándome a Sánchez Bejarano, madrileño de la vieja escuela, al que recuerdo en un filmación ya de mayor y acabó viviendo sus últimos años en Sevilla.  Al que no veo desde hace mucho tiempo atrás.es a  Don José, que fue Jefe militar de rango superior, un valiente charro de Peñaranda de Bracamonte, con el que trabé una gran amistad, siendo a su vez muy amigo mis amigos y compañeros feriantes Rubio-Soyo, de los Palacios (Sevilla) y a su vez también  de la familia ganadera Guardiola Domínguez y Pérez de Vargas; D, José  que vive, o vivió en  Don Benito, desde hace mucho tiempo.. ¿Lo que son las cosas?

 

El mismo Juan Ángel Franco, crítico de solera y director del programa, “los toros” en radio Extremadura, (al que acompañé en ocasiones radiofónicas hoy acabábamos la grabación de la tertulia, que se emitirá en diferido  hoy domingo a las trece treinta) al que posteriormente contestaba al otro contertulio, director de la citada Wed Badajoz Taurina, Antonio Girol, sobre las afluencias e influencias que “atesoran” nuestra fiesta de toros. Cierto es que, difícil es llenar un Coso, si no se acartela en el mural un torero con tirón propio o algún otro e inesperado valor sobresaliente” de la temporada “de curso legal “después de culminar los puertos de montaña, Valencia. Sevilla. Madrid, ¿y cómo no? Nuestra Olivenza, tan de moda en estos tiempos. ¿Pues, solo si viene un torero que exige un suculento montante para sortear “ una corrida” su lote entre seis utreros?  Como para una novillada, que no de San Isidro, ni de Calasparra, o Cenicientos, precisamente; que es a donde van a dejarse la piel los modestos, los que de verdad quieren demostrar que juegan un duelo a vida o muerte. De no ser así la cosa no tiene gran importancia.

Y esto no se debe consentir. Un mal endémico cosido en las entretelas y entresijos  de una “era” tan trillada  que solo levanta el polvo, por qué el grano, es el que le sale a toda la fiesta, en sus posaderas como es costumbre;  y  apostillaba yo entre ambos, sus comentarios, sobre las tendencias y sentencias de los antiguos, y puse de ejemplo a mi Sr, padre, el que preguntaba, ¿de quién es la corrida que viene a esta feria?  Y seguidamente, ¿y quién la mata?

El toro de la cara rizada, testas sin máculas, y zapatos con alas, badanudos, el que arrastra la cola por los alberos, debe volver. De lo contrario esto se acaba. Tienen que volver a lucirse los “caballeros pardos” y aun, vistiendo de oros, demostrar, ¡el porqué de sus dorados rangos! ¿Como creen ustedes que nuestro Faraón y su homólogo, el divino filósofo de Jeré’, el incomparable Arcángel ‘De Paula’ pudieran haber  estado tanto tiempo haciendo el paseíllo? Pues porque el toro de ahora no hace la puta mili, y deambula bobalicón, aunque cornalones y mú bien criaos sí que están, tapando la trampa en la que se encuentra nuestra desdichada fiesta, falta de casta y trapío acorde su genética brava y vía ganadera.

Después llegan estos de los “derechos” sin oficios, pero con beneficios, activistas ellos, abogando por el deporte más nacionalizado; el de tratar desestabilizar por orden superior de “rubia-calva” y el ‘bambino’ de León, nuestras señas más cultas e identificativas ante el mundo civilizado, las que no se dignan  en prestar la necesaria ayuda, y solo  acuden a su acoso y derribo, estos indocumentados políticos de hoy.

¿Cómo no pueda ser yo, políticamente correcto?  ¿Si  toda  mi vida estuve negociando con gerifaltes y mafiosos de todos los colores? “Yo voy soñando viajero a lo largo del sendero. ¿Adónde el camino irá?   Llegó a preguntarse uno, del cual soy su más ferviente seguidor. Claro, uno de los de antes ¿si levantara la cabeza, me gustaría saber qué pensaría de lo que ocurre hoy?..

Fernando naranjo

 16-01-2011

Mi viejo artículo de opinión sobre la fiesta.


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