Sucedió en
Fuentesaúco, en esta comarca parda de su ilustrísima Zamora. No lanzan aquí el
“chupinazo” como lo hacer los navarricos de la ribera del Ebro; son más
humildes y solo comienzan con gigantes y cabezudos y una buena colección de
fuegos de artificios para después todos a divertirse en estas bien ganadas
jornadas de asueto cuando sus fiestas patronales
cuando dan
comienzo sus famosísimos “Espantes” que acarrean a los aficionados desde muchos
puntos del país a ver al toro en sus calles, escenarios en que los mozos y no
tan mozos, más bragados se templan con arte valor y mañas en afrentas al toro
sin más señuelos que su propio cuerpo, en los albores de la madrugada, porque
los de aquí, suelen ser también buscado la alborea, donde sueltan al parecer
“utreros” que bien podrían pasar en muchas plazas de segunda por una corrida de
toros, donde los ayuntamientos colaboran con las arcas del ciudadano para
“ayudar” a las empresas a dar el festejo.
El que después nos
cuesta a cada uno de los ciudadanos 50,
60 ó 65 € un tendido a la sombrita, porque en el sol te pueda dar una
alferesía, y en estas fiestas tan tradicionales siempre hubo de todo, y si no
es así, no es una fiesta que se precie como tal. Estamos en el corazón de la
vieja España donde la sangre hierve en las venas de sus gentes, antes guerreros
al servicio leal de la historia real de nuestro suelo. Ahora labradores, ahora
ganaderos, gente de campo abierto que no se duelen en prendas y miran hacia un
horizonte limpio y austero, como su propia raza castellana indica, y que
necesita seguir bebiendo de estos caudales frescos y puros para refrescar su
sangre más castiza, ante los villanos ataques al lenguaje y a las costumbres,
que intentan devorar los necios modernismos. Siendo de tanto arraigo en el
feudo de su llanos y riberas, alcores y cordilleras, solaz de labranzas y
cabañas ganaderas.
En estos momentos en que aún están enfrascados
en sus ferias y fiestas de sus tradicionales “espantes” quiero dejar la muestra
de mi dolor por tan desgraciado suceso acaecido esa imborrable madrugada en
Fuentesaúco, en que perdiera la flor de su vida, el joven y bravo mozo Iván
Tejero Morales…Que en paz descanse por siempre jamás. Pero la vida debe
continuar, así como las tradiciones, que son el emblema de un pueblo.
Roguemos por el
alma de este mozo y que siga la fiesta, por el bien de los que se quedan.
-Oración y
romance-
Mi España de
sangre y sol
se tiñe de rojo y gualda,
y al campo verde esmeralda
carácter da su
crisol;
y es un capricho
español
hacer giros
rutilantes,
y esos mozos desafiantes
de alcoholes y mozuelas,
representan las
zarzuelas
con guiñoles y danzantes!
Un pueblo sin
tradiciones
en España no ha
lugar;
del labrar al festejar
descerrajando
pasiones
¿Qué es soñar sin
emociones
en estas lindes de
toros?
¿Quién no soñó
grana y oros
en esta vida de
trance
apretado en algún
lance
supo jugarse la
vida
sin pensar su
despedida
escrita en un
cruel romance?
Avisando estaba el
cuco
en nocturna
alevosía,
que un burel con jerarquía
esperó al mozo
farruco
y en fiestas
Fuentesaúco
ese toro bravucón,
se llevara en un
pitón
el alma de un hijo
suyo!
Hoy su recogido orgullo
postrado está en
oración.
fernando naranjo
duran
5-7-2010
Las fotos aquí expuestas algunas son de Doña Berta Romero, y
Don Luís Gullón... le doy las gracias.