¿Quién me llama a mí poeta?
Crespo y rudo como el viento,
no merezco esa etiqueta.
Desde ahora y para siempre
he de guardar cuanto siento.
Mi ‘aurora’ guardará cama
y no saldrá de paseo;
pues con urgencia reclaman
un ajuste modernista
que permita titubeos.
Ha expirado su vigencia
mi permiso de campaña;
por su continua insolencia
reclamando la solvencia
en los que rigen mi España.
Reservados a la gente
que cuando hacer el amor
no distingan con qué sexo;
ni su medida y su grueso;
solo aceptar la función.
No soy yo, un García Lorca,
ni un Neruda, ni Alexandre:
es mi escritura tan tosca
que no habrá quien la compare
con la exquisitez de nadie.
Fernando naranjo
duran
29-6-2018
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