sábado, 22 de septiembre de 2018

Qué país el nuestro.




El desmantelamiento paulatino de este país comenzó con la llegada del decreto de libertades, derechos, junto a la ambigüedad de obligaciones denominada DEDOCRACIA que se impuso en aquellos años setentas. Por fin había caído la figura ecuestre del viejo caudillo. Como cayó la de Sadam Hussein) Para después irse “aparcelando” extensiones más o menos extensas y fructíferas de territorios, con solo implantar una banderita de colorines identificables: marca o capricho de cada jefe de jarca o mara para guerrear bajo sus propios colores.

Y así es como se abrieron nuevas arcas donde llevar el dinero los nuevos salva-patrias a los que fuimos ayudando a enriquecerse sin cobrarles algún arancel por nuestra abnegada entrega en pos de sus familias de bien (algunos de muy lejos) de nuestro mísero terruño; del que ahora pretenden hacernos avergonzar, los hijos de la muy gran puta.

Solo emergen las ratas desde la abundancia, que tanto sudor costó al que se dejó el alma en el trabajo duro, siempre malgastado, para contribuir a esa nueva élite de “representantes legales” que pueblan nuestros acotados territorios, siendo más numerosos que bomberos. Policía. Médicos, enfermeros y personal de servicios. De tal manera que no tenemos quien nos defienda de un posible ataque desde el exterior o mismamente intramuros por esta molicie morena y arábiga que nos abunda metro a metro, por mor de diligencias socialistas. Principales huestes al servicio de la desestabilización, por mor a intereses de fuerzas extranjeras.

El gobierno de esta nación, en la que hubo un tiempo no se ponía el sol en sus dominios, ahora y con la ayuda de facinerosos independentistas y rojos bolcheviques resentidos, tratan de descuartizar el país con solo un puñado de forajidos pagados (al parecer) por los lobby´s de un tal George Soros (desestabilizador profesional en tales menesteres a nivel mundial) junto a los represores venezolanos y soñadores de la arabia y marruecos: estos últimos con feroces ganas de ocupar nuestro suelo patrio; envidia de todo el planeta.

¿Es que tan mal se vive en este país? ¿Pues no veo que nadie se eche a la calle para reivindicar tal situación? Solo veo las terrazas de los bares repletas de gente para engullir los preciados ‘desayunos sin diamantes’ así como las calles de las ciudades, las que a partir del jueves se abarrotan de noctámbulos bebedores, vociferantes sin temor a la autoridad, que no suele aparecer para controlar el horario y el ruido infernal que soportamos los vecinos de bares de "Copa y Coca": donde abrevan y se ponen ciegos hasta el culo estas bestias, hijos mal nacidos ya en la nauseabunda democracia.

Solo vemos en religiosas manifestaciones a jubilados de alto standing, aquellos que sobre pasan los dos mil quinientos euros de renta asegurada. Los de 400 y 700 euros ni se les ocurre: no sea que se les rebaje aún más el mísero sueldo que les costó conseguir a estos últimos del régimen autónomo, dejándose la piel durante tantos años.

 Solo vemos en pie de marcha a sindicalistas que llenan las calles de arrogantes y vistosas banderolas haciendo aparentar un multiplicado número de concentración, para después concentrarse ante una mesa con mariscos y vinos blancos de élites -andaluzas o gallegas-  o aquellos de la Mafia portuaria “engallipados” para que no se le permita a nadie más entrar en sus “círculos familiares” a disfrutar de tan suculentos sueldos. Solo adecuados para mafiosos a las órdenes del sistema.

Los del taurineo no se las prometan muy felices; pues este gobierno en su interinidad es capaz en vez de desenterrar a Franco, hacer un giro y defenestrar nuestra Fiesta Nacional y quedarse tan frescos. No podemos fiarnos de sus repentinas decisiones. (cosas de Estado)..

Fernando naranjo duran
22-9-2018

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