domingo, 13 de diciembre de 2020

Desde Aracena, con amor.


 

Desde Aracena, con amor.

Desde una fría pantalla de TV, en directo un festejo taurino (en este caso, menor)  observé una emocionante becerrada en el más hermoso enclave  de la sierra de Huelva, en Aracena;  regenta ella, del conjunto de los Picos de Aroche, donde he tenido que contener la indignación por segunda vez desde que el año pasado observara otra final en casi idénticas escenas representada por el dúo compuesto por Enrique  Romero, y Ruiz Miguel, antiguo matador de toros “cañaiya” forjado en  “corridas duras” de hace algunos años.  Ahora “toreando al alimón” con el susodicho Enrique Romero, periodista en labores de información taurina, tan elemental como pedagógica que ya desde las becerradas debieran formar a futuros aficionados, siendo más claros y honestos en divulgar la esencia del espectáculo con más seriedad y prudencia.

 Pues descaradamente barren para casa, afeando (en este caso) las faenas de los torerillos extremeños. Anteponiendo en demasía el juego de los novillos, menospreciando y achicando así el mérito de estos chaveas nacidos en “el corral de la vecina” Extremadura. La que ahora aporta su selecto elenco torero, sobreponiéndose al rigor establecido por nuestra querida Andalucía, (otrora dueña y señora del arte de Cúchares”) el que hoy necesariamente tiene que compartir con el resto  de la torería nacional. En este caso, el despertar torero de nuestra entrañable vecina, Extremadura; en la que resido.

Mi disgusto es manifiesto por razones de sobra conocidas por seguidores de estas retransmisiones que nos ofrece con meridiana asiduidad nuestro Canal Sur, y en este caso se jugaba esta última becerrada del  Certamen entre las escuelas taurinas de Extremadura y Andalucía, en la que se alzaron para llegar a finalistas en muy reñida y segunda ocasión en la que se premió a un alumno representante del El patronato de Badajoz. Tomás Campos, nacido en la histórica ciudad de Llerena, al que no había visto anteriormente, pero juro haberme sobrecogido ante la seriedad, la templanza, y el gusto con que este “novillerillo se ha desenvuelto ante la cara de sus dos erales del hierro del también onubense, Miguel Ángel Millares.

En este año, el final del mencionado certamen, -2010-2011- se celebró en la capital de mi sierra: Aracena. Coqueta y repajolera plaza que estuvo a rebosar con sus tres mil quinientas localidades para presenciar y animar a estos futuros matadores de toros para honor de nuestra fiesta nacional.

No me fue posible esta vez atravesar el río Sillo, que delimita Extremadura con Andalucía, en mi provincia de Huelva. No tuve ocasión de desplazarme y allá encaramarme a los tendidos de ese bello y encalado coso serrano y ser uno más en jalear lo que allí pasó durante el apasionante espectáculo que suelen dar las novilladas, siendo para mí lo más integro, sagrado y profundo en las entrañas de nuestra fiesta, ¡sin trampa ni cartón!

Estos noveles no saben de trucos que los induzca al engaño de un público entregado, sapiente o desinformado pero ávido de entregarse al digno espectáculo donde se juega de poder a poder con toda verdad, a la vida y a la muerte, entre el hombre y la fiera.

Por nuestra sierra pasaron, quizás en peores condiciones naturalmente en plena posguerra, aquella sevillanía de Manolo González, (torero y ganadero después que instaló su feudo en Monte San Migue (tan de Aracena.) Después, el arrostrado valor de nuestro paisano Miguel Báez Espuny, el tercero de los “Litri”.  Al que siguieron otras figuras como Diego Puerta conocido como “Diego Valor” y su compadre Paquito Camino, el mejor de los mejores (Con permiso de Don Ordóñez) Y así, todo un rosario de torerillos que alcanzaron después la gloria torera en los cosos de esta España bendita.

Los novillos, estuvieron muy bien presentados y con ‘guasa’ para estar delante con valentía y oficio, por lo que algunos se fueron a mejor vida sin ser sometidos a los cánones de la justicia toricida. Y una vez más vuelven a sucumbir los cachorros de las escuelas andaluzas, en favor de la extremeña, que da su segundo aldabonazo tras el pasado año, que se alzara igualmente la majestad de Rafael Cerro, como ganador en Almonaster) y ahora este, Tomás Campo, el cual atesora un sentido del temple y una despaciosidad al torear, que da susto pensar siquiera  donde podría llegar este barbián extremeñito si es que las cosas le ruedan.

A pesar de la influyente presencia de la familia Espartaco, benefactores del rubio alumno de Espartinas, Borja Jiménez, no se pudo alzar éste con el 1º premio ni tampoco con el 2º que consiguiera Juan Romero” el Zorro”, de la escuela taurina cordobesa, de buenas trazas y honduras, ocupando con dignidad la segunda plaza del Certamen.

Mi sierra, ya se portó el pasado año, en la singular Plaza-Mezquita, encaramada en lo más pintoresco de Almonaster. Pueblo serrano y flamenco que compone arte y atesora este bello paraje de mi Onuba, el que gentilmente muestra Canal Sur TV  a todos los foráneos que tienen la suerte de contactar con estos eventos, los que últimamente se vienen sucediendo allá a la verita de mi pueblo.

-A Tomas Campo-

Mi sierra puso el romero

también tomillos y jaras

y en esta tarde tan clara

un fino tenor jilguero,

trinó de niño torero

y se detuvo la brisa,

para torear sin prisa

como el junco a la rivera

que discurre lisonjera

con aires de pitonisa!

 

Y castaños y quejigos

junto a barrancos rojizos,

jubilosos y castizos

sumaron se de testigos,

desfecharon sus postigos

allende mi serranía,

cuando el sol languidecía

aquel niño de Llerena

se despidió en luna plena,

y hasta un búho le aplaudía.

 

Fernando naranjo

1-8-2011

@registrado el derecho de autor.

De mis viejos baúles…


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