sábado, 26 de diciembre de 2020

De cuando en cuando feliz Navidad

 

De cuando en cuando, Feliz Navidad

¿Feliz Navidad?

Qué sencillo es escribir en estas fechas desde estos modernos medios de comunicación -como un slogan al uso- ¡Feliz Navidad!! eso sí, y no lo dudo; con la idea de hacer llegar cariño en ese efímero mensaje, capaz de causar un minuto de ilusión al destinatario - hipotética realidad de la Navidad- cuando es tan solo es una autorizada utopía a través de los tiempos; la que nadie se atreve a desmontar.

 Primero porque al mesianismo religioso le interesa para no dejar posibilidad de escape a la feligresía cristiana.  Aunque no festeje paralela a esas otras religiones que ofician a ultranza para que en su redil ni una sola oveja cause baja por las fauces del ocio y el comercio, motor de todo movimiento social y económico. Manjar apetitoso de todo país que se precie, que no a las almas, hoy tan desvirtuadas y manoseadas por criterios varios.

Nunca, desde que un servidor oficiara con uso de razón fue capaz de recopilar una Navidad plena y rotunda, siempre hubo algo que lamentar en los caminos del trashumante que fui desde una temprana edad.

Las épocas fueron precarias en comodidades, como en soluciones farmacéuticas y cuadros médicos, de todo escaseó, y solo una ufana mortandad campeaba de familia en familia, que acuestas con ropa y brazaletes negros en chaquetas y gabanes hacían ostensibles las pérdidas familiares. La triste Navidad supo así acompañarnos a la mayoría de los españoles en la posguerra y sucesivos años de hambrunas.

Esta cruda realidad dio ingeniosos actores a nuestro cine negro, los que magistralmente supieron encoger el alma pueblerina sobre aquellas rudimentarias butacas del diminuto local del cine “Club Serrano” en la pequeña barriada de Jabugo; El Repilado, donde di mis primeros pasos, y aún recuerdo la influencia militarista en los primeros filmes “El santuario no se rinde” o “a mí la Legión” protagonizadas por Alfredo Mayo, y algunos  que otras  tragicomedias de corte sentimental, ¿cómo después de aquello y del frío que se pasaba al salir de la sesión mi alma infantil iba a dormir tranquila en aquellas lejanas navidades?

Después llegaron los grandes cineastas de la época de la mano de J.L. Berlanga, Benito Perojo. Sáenz de Heredia, y gente como Manolo Morán. Don Pepe Isbert. Fernán Gómez. López Vázquez. Elvira quintanilla. Lolita Sevilla. Que entre sonrisas, lágrimas y precariedades escenificaron “Bienvenido Míster Marshall. El Verdugo. O “Plácido” que últimamente se ha dado en una cadena  TV 13,  en donde la trama era la noche de nochebuena, entre élites de gente rica” de cuándo era costumbre de hacer  “glamurosas humanidades” para la galería, (ahora también; aunque de distinta manera) trayendo a su fastuosa mesa de navidad un pobre” para ofrecerle solo por esa noche una opípara cena, que por engullir  con necesaria  avidez tal cantidad, tener que llevarlo aprisa y corriendo  al hospital más cercano, o a la casa de su "amigo el médico" el  que también podrían tener  “su pobre” para tal ocasión..

En la más reciente actualidad, los extremistas políticos y sus acólitos sindicalistas-activistas se pavonean degustando mariscadas y Pavo” en Casoplones” en plena Navidad. Véanse: Sánchez. Puigdemont. Pujol. Iglesias y el simplicio de Echenique"y Torra. Sin nombrar a los de la derecha, los que visto lo visto ahora son “extremistas, también y así un largo etcétera, el  que sería imposible “retratar” en este foliom, como  a los que llegaron con una mano atrás y otra en el triángulo de Scarpa” para someter a toda una nación.

 ¿Siguen creyendo que la Navidad tienen colores para la gente humilde?  Quizás “el rojo” de los extremos abanderados, los que hoy solo hacen sonrojar las mejillas a sus votantes (los más honestos) La Navidad sigue sin convencer a mis más genuinos y éticos principios.  La loca vanidad se apodera de todo sentimiento humano.

 Fernando naranjo duran.

26-12-2018


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