Extraña luz que me guías
cual buena estrella a buen
puerto;
sé tú mi noche y mi día
ese dulce descalabro
que me mantenga despierto.
Sé tú, mi pasión constante
la ilusión que no abandona;
sé aquella musa en el aire
que aletee en mis pulmones
y me agite las neuronas.
Sé cercana, aunque distante;
porque yo te necesito;
dejaré ser arrogante
y prometo ser amante,
de esos, de 'quito a
poquito'.
Seré tu amor por fascículos,
-como el tiempo nos permita-
para no ser aburrido,
como ese punto y seguido
que siempre acaba en la
ermita.
Sin ligaduras de anillos
-si es que dios nos lo
permite-
como aquellos jovencillos
que se entregan por entero
en recodos y escondites.
Fernando naranjo duran
14-5-2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario