El Mercader de sonrisas.-
-Autoretrato-
La feria cuando
termina
tras unos
sorbos fragantes
la ciudad
tambaleante
recompone su
rutina,
y el iris en su
retina
la recuerda
primorosa,
excitante y
glamurosa,
¿quién en sus
horas brujas.
no bebió de sus
burbujas
y calmó sed angustiosa?
La feria,
cuando termina
tras el último
cohete,
me dijo
¡desmonta y vete!
que el aura que
tú germinas
a otra ciudad
contaminas
y a ser feliz
comprometes.
Con tú estima a
toda vela,
más allá del
horizonte,
donde añoran que
tú montes
tu excitante
ciudadela.
Quizás aquel
farolillo
testigo de
tanta magia
quedó preso en
la nostalgia
como guirnalda
sin brillo,
oscuridad que,
a cuchillo,
rasgará, rauda
la aurora.
¿Adónde marchas
ahora?
¿Porque llevas
tanta prisa?
Tú mercader de
sonrisas
a otra ciudad
enamoras.
Desdentado
mercader
prisionero de tu
empeño,
no tuviste
nunca sueño
de obligado
amanecer.
Solo te hace
enmudecer
ver como pasa
la vida
que tú hiciste
divertida
a lo largo de
los años,
sin sospechar
que tu escaño
tuviera vida
exclusiva.
Fernando
naranjo duran
27-6-2011
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