Donde el celo, va el desvelo.
Madrugo para soñar
porque dormido te pienso
y tengo que despertar
para que nadie me vea
cómo te desnudo en versos.
Tras de mis sueños corrí
y alguno pude alcanzar;
¿qué magia tienen los sueños
que desde niño me empeño
volver la vida empezar?
De la mañana al ocaso
mis sueños como alocados
huyen cual cimarrón
compitiendo en el desvelo,
por quién llevar la razón.
Como al soñar voy despierto,
¿dónde encontrar el descanso
siempre enredado entre versos
que hoy vuelven a las andadas;
y a tus ocasos? Por cierto.
¿Cuánto escondes a lo lejos
que no deja de encelar?
Bajo el ala del sombrero,
ay amazona serrana
¿qué más me puedes mostrar?
Me arrobas cual compromiso
y por arroba es mi celo
que se ofrece en decomiso;
tras de tus bellos agrestes
donde mi celo es nazareno.
Hoy mis celos madrugaron
para seguir tras mi sueño
que moran tras tu ventana;
ya desde buena mañana
donde mi claustro extremeño.
Cuando el vaho en tus cristales
empañan la primavera
humedecen mis renglones
y las a vanas ilusiones
de disfrutar a tu vera.
Porque siguen barruntando
que hasta que llegue la noche
jamás abres tu ventana;
y aguantan sin un reproche
estas esperas tan largas.
Fernando naranjo duran
10/04/2020
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