Quiero un
ariete de seda
para hendir
en grises rocas
y agrietar
sus crespos lomos;
donde nacen
los aromos
he de
implantarles mis rosas.
Sembrar vida
donde inertes
rocosas,
laderas yermas.
Unidos rosas
y aromos
será posible
el amor
sin que
nadie los sorprenda.
Sean sus
ciclos armónicos
y fecunden varón y hembra:
sin más
juicios salomónicos
demagogos y
retóricos,
recetarios
sin enmienda.
Fernando naranjo
duran.
3-2-2018
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