De nuevo
cuanta alegría
siento yo
por este encuentro:
regresa toda
armonía
que anduvo
cerros y mares
malgastando
sus alientos.
Vuelvo yo a
estar contento
-me
contentan pocas cosas-
Las que sin
previo argumento
pero con el
sentimiento
de un
fragante olor a rosas,
que solo
desprenden musas,
las que me
hacen cavilar
y enamoran
sin escusas:
bendita ya
sea la hora
que decides
regresar.
Me olvido de
mis pinceles
que detestan
mis asuntos:
se ofenden
por mis quereres
¿qué saben
de los instantes
de sentirnos
tan presuntos?
Me devuelves
a la métrica
y al color
de mi compás:
te quiero yo
sin cosmética
desnuda de
todo ritmo
dispuesta
para empezar.
La tarde más
se aligera.
¿O presunta
se detiene?
En amorosa
quimera:
como óleos
sobre lienzos
que por amor
se sostienen...
fernando
naranjo duran
29-1-2018
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