Si me pides,
ay amor,
que en cien
versos yo te diga
el motivo
que me obliga
cuánto dicta
el corazón,
escribiré
con pasión
cuanto a mi
ventana asoma;
contaré con
punto y coma
desenjaular
lo sabroso,
y juro ser
generoso
si es que mi
pluma razona.
¿Y en cien
versos que te digo
que no te
habría dicho antes?
Que sus sílabas
galantes
te prestarán
todo abrigo;
más por
mucho no consigo
que te
entregues a mi amor
ofreciendo
lo mejor
que un
sencillo amor ofrece;
sabiendo que
tú mereces
más que
ofrecer pueda yo.
Ya sabes,
motivos tuve
de estar muy
enamorado
pues persigo
obsesionado
trotando de
nube en nube
sílabas con
be y con uve
para
hablarte de mi amor:
eludo me adulador
y aunque
fuera de servicio
propongo yo
un armisticio
a este fuego
a discreción.
Que disparan
tus poderes
de belleza
singular,
y cómo pude olvidar
pensar en
otras mujeres;
pues solo a
ti te prefiere
ese amor que
siempre en danza
hoy afina la
balanza
con toda
filosofía
que le da su
analogía
de raquítica
esperanza.
Tras un
sinfín de cuartetas
quise
adentrarme en los versos
para
hacerlos más excelsos,
pretendiendo
ser poeta;
pero con
regla obsoleta
al más puro
estilo clásico
y desdeñar
lo más básico
puse a itinerar
el alma
y anudar con
toda calma
los atisbos
de un agracio.
Aunar las
sonoridades
para mis
leves coplillas
y hacer
fugaces ‘quintillas’
ágiles, convencionales,
donde apoyar
los puntales
de mi anhelo
en desarrollo.
Siempre
buscando el apoyo
sin agravios
de pereza
de aquel que
todo comienza
a satisfacer
su aliento
y acredita
el documento
a edificar
por su cuenta.
Y por fin
las ‘espinelas’
mis décimas
elocuentes
las buceo,
intensamente,
por mares o
callejuelas
donde dejar
mis esquelas,
mis sentires
más profundos,
amorosos, o
jocundos,
diez versos
dan para mucho;
y recargan
mi cartucho,
si son
versos iracundos.
Para
ofrecerte castillos
y lunas con
todo hechizo
quise
ejercer de castizo
y escribí
mil estribillos
para ayunos
‘sonetillos’
buscando un
renglón vibrante
aparentar
ser brillante
para sentirme
a tu altura:
créetelo tú,
criatura
me pareció
alucinante.
tras
arrebato de amor
de
justificado aprieto
pensó para
ti un soneto
y ofrecerte
lo mejor:
ahondar arte
mayor
para
sentirme importante;
pues de
manera galante
presentar
ante tus ojos
equilibrados
manojos
de una
cosecha fragante!
Con amor y
desatino
endecasílabos
puros
escribí por
ti lo juro:
más, andando
yo el camino
maduré el
alejandrino
para ofrecer
lo mejor;
y me arropó el
pundonor
que dictan
mis sentimientos
y buscando a
compás lento
conseguir quise
tu amor.
Fernando
naranjo duran
14-1-2018
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