¿Por qué no hoy, quince de Agosto?.. Día taurino por
excelencia en toda España para
traer a estas páginas algún sentimiento circundante; a gente
que quiso ser torero de cartel (Como se
dijo en un tiempo)..Y que no pudiera ser,
por los avatares que en cada caso
aparecen..
Quien desde la hambruna de aquella posguerra sufrida por
centenares de niños contemporáneos míos
no soñáramos vestir de luces (aun en sueños) y emular esa aureola que envuelve
a los toreros a pesar de la tragedia.
Como aquella que atrajo poderosamente
nuestra atención ocurrida aquel día 28 de Agosto en que Manuel Rodríguez
Sánchez dejara su sangre en Linares por
las astas de un toro de Miura. ¿A quien
no atrajo poderosamente el hechizo y el misterio de jugar a
engañar a la muerte, entre las astas de un becerro o un novillo-toro, en la juventud radiante de una vida?..
España es un país de quijotes y aventureros; dispuesto a emplear su vida por un ideal que los
lleve en volandas a lo más alto y más
difícil jamás pensado.. Nuestra sangre caliente predispone; el escenario es ideal, ¿por qué no iniciar la
obra?..
Desde mi lejana adolescencia cuantos casos he podido ver, ya en la nebulosa de los tiempos. A cuantos
vi ponerse delante de algún toro con cuajo para ser lidiado en una
plaza de segunda o primera, por un
diestro ya avezado: y no en las capeas
de los pueblos sin las mínimas y elementales garantías de una cura inmediata por
un galeno de oficio?... O en becerradas
donde soltaban encastados erales propinando miles de palizas a los chaveas con
sueños de glorias toreras que se iban sucediendo época tras época en continuo
movimiento.. Almas humildes que solo ir de pueblo en pueblo buscando una
oportunidad les alimentaba el espíritu; que no el estómago..
Tuve la oportunidad de ver en pleno directo a muchachos que
lograran levantarme del asiento por un instante, con tal enjundia torera que ya les gustaría alguna figura de la época poderlo realizar hoy.. Gentes
que quizás fuera la única y
última ocasión de su vida, para mostrarse
en torero ante un ineducado y vociferante público en los mal poblados tendidos.. Otros tantos que no pudieron seguir mucho más: a
pesar de su valía para estos seductores manejos, que llegaban enfundados
en ajados vestidos de torear mostrándonos una imagen más grave y trasnochada, a veces tétrica que nos infundiera tanto respeto: y no como hoy; que van “de durse” sin saber las elementales
reglas de poderle alguno que salte con cierta casta, y
abrocharles con una irreprochable faena
de aliño..
Sin más dilación quiero traer algún viejo recuerdo que mi mente
aún no ha logrado destruir.. Serían finales de los sesenta quizás cuando
hubo una becerrada del Sr, Conde de la
Corte en la bellísima plaza de Jerez de los caballeros.. Allá encaramado en los tendidos de sombra,
en un día gris plomizo de Mayo.. ¿Creo recordar?.. Soltaron seis
erales de aquellos ‘condesos’ de casta
antigua que zalearon a los chaveas
venidos desde las proximidades andaluzas:
verdaderos filones de la torería de aquel
entonces.. Y hacer mención quiero de uno de ellos cuyo nombre ya sería muy difícil recordar, pero que a mí me sobre cogiera su hazaña por torera y juncal.. Pues casi en pelotas; no se iba de la cara del eral que le sacudía
constantemente, arrebujao y embraguetao a la antigua usanza, con un desparpajo torero digno de todo encomio..
Sabe dios que fuera de su vida después…
Otro viejo retal para no extenderme en demasía fuera en la
plaza de Castellón un buen día aunque nublado, del año 1989 vi sobre aquellos desvencijados tendidos un
festejo menor, en el que se lidiaron
cinco lutrosos novillos para
cinco novilleros ya punteros (de la tierra de Sorolla y Blasco Ibáñez). Y un escuálido eral
colorao; el que solo se tapaba por delante con dos bien despachados pitones para un feo y
descamisado calé de Castellón.. Un tal Ramón Bustamante, que llegara de “verde lagarto y oros” vestío por alguna costurera de su barrio sin mucho “age”…Pues
cuando este calé de tan poco pelaje torero; afanó la muleta por la zocata, le endiñara camelando cuatro naturales y dos de pecho al esmirriado eral, que hicieran levantarme cual resorte de mi asiento, como así lo hubiesen querido Rafael el Gallo; El de
Paula o el mismísimo “Curro Puya”…Las cosas de las cosas…
Hoy sentado, como tantas tardes de corridas por TV. y
comentando a la vera de Paco Guerra, en
el Mesón “Lo Nuestro” templo del taurino
en Badajoz: hablamos de este calé que fuera después, amigo y huésped de Paco en esta, su ciudad: hoy del toro cien por cien.
El bueno de Paco Guerra
es un caso similar.. Es un españolito de
aquellos amantes del toro a la antigua;
de los que no les importa pegar le treinta
pases buen pegaos a un toro en faenas de campo, o coger la
maleta llena aun de ilusiones y marchar tras sus amigos donde el corazón le lleve. No
importan las distancias kilométricas para
acompañar, o servirles los avíos a
cualquiera de ellos; sean figuras como
Ferrera, Perera o Talavante.. O matadores y novilleros aun sin romper con la
fuerza de estos.. Todos amigos de la cantera pacense..
Este Paco Guerra, lo conocí una tarde de torerillos en esta plaza de “pardaleras”
allá también por los finales de los ochentas, donde se acartelaba junto con la chavalería de la incipiente escuela taurina (protegida
en sus inicios por el añejo Club taurino
pacense).. Y al mando de José Santos, alias “Pitillo”
(abuelo del hoy flamante novillero puntero,
José Garrido) viejo banderillero que fuera a las órdenes de
maestros de los años sesentas. El que flanqueado por el bueno de “Antoñete”..Novillero sin
suerte, de las mismas épocas documentaran
a los primeros discípulos de la ahora importante escuela taurina ya protegida por el patronato de nuestra
Diputación provincial.
El antes dicho día iniciara el paseíllo junto al amigo Paco
Guerra; Antoñito Ferrera.. Niño prodigio
de la época, en la que también mi hijo Fernando “ cursara estudios” junto al de Villafranco..
No tenía yo noticias de Paco Guerra, hasta aquel día en que por delante de los becerros para los “escolapios” Saltara un tío con toda la barba.. Un cuatreño de los
Guateles que anduvo de sobrero en el
Coso de Pignatelli de Zaragoza en aquellas por entonces recientes fiestas del Pilar.
Estuvo nuestro amigo Paco, sobrio centrado y profundo con aquel recién llegado de las fiestas pilaricas: al
que diera muerte con toda guapeza torera:
causando me una grata sorpresa.. Me dije
.. ¿Y este mocito renegrío de donde ha
salido?.. No lo esperaba.. Fue Paco para mí el primer eslabón de lo que después
se ha desencadenado en este Badajoz padre de tanto torero bueno de hoy en día…
Paco Guerra sigue sintiendo se torero
y tapa lagunas a los diestros conocidos
o no (de vez en cuando) y no regatea su entusiasmo para estar a su vera
de todos.. Más, él sabe ‘naquerar’ de
esto; ‘chanelando’ lo fetén.. Gracias amigo Paco..
Fernando naranjo duran
15-8-2014
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