Los toros del sol.-
Meced esa bamba rosa
firmes palmas de unas manos
de temple y lento compás;
y al aire vacíen airosas,
esa embestida furiosa
de dos puñales de sal.
Y desde largo al caballo
del palo brote aquel rayo
y apriete humillado el toro.
Lo justo en clara pelea,
Bajo un lubrican que emplea
su azul purísima y oro.
Al rumor de palitroques
se equilibre la balanza:
y cuerpo a cuerpo en embroques
de azabache, o plata fina;
la hombría se determine
burlando al riesgo en su danza.
Y menta clavo y canela
se sumen con gallardía
aquella roja franela
y ralentice las astas,
que, en celos, pujanzas gasta
la bravura de la fiera.
Fiesta que a bombo se nombra
y anuncia breve un clarín,
mientras el sol y la sombra
en el aire quedan presos,
que al pifiar de un toro excelso
distingue un óle, al salir.
fernando naranjo duran
26/01/2016
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