Donde el mar
no existe.-
El mal que
acose a su cuerpo
y acentúe
tal quebranto,
al mío
propone guardia
y vela por
esa musa
seducido
ante su encanto.
Verla sufrir
no deseo
de
infortunio desatento.
La musa que
no poseo
va adherida
en bandolera
a mi pecho,
halo y aliento.
Mira que no
soy beato
más, hoy
rezaré yo al fin
y entre
simples garabatos
hoy pediré
por los males
que la
agreden porque sí.
Para que
salga adelante,
como luz del
universo
que presta
su luz galante
a este viejo
corazón
que brinda
su amor en versos.
Allá donde
el mar no existe
y el río
boga despacio.
Allá por
donde se encuentre
la sigue mi
corazón
allanado sus
espacios.
Esgrimiendo
madurez
donde es
huérfana mi fuerza
es mi alma
alanceadora,
por la que a
mí me enamora
y yergue en
mí la entereza.
Malditos
sean los males
que a sus
veranos ultrajan
y enreden
viles zarzales,
maltratando
las beldades
de su
hermosura de alhaja.
Fernando naranjo
duran
4-10-2019
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