La dureza del tiempo.
Mi palabra enamorada
de escribirte tantos versos
lleva el alma desgastada,
y ha perdido la vereda
para encontrar su regreso.
Lleva al hombro tantas
sílabas
y estrofas que no sirvieron
para anudar los manojos
de aquellas rosas de amor,
que en vilo la sostuvieron
Que no cree en el amor
por tan vetustos resabios
que torturaron su bien,
¿y total ya para qué
desanudar los agravios?
El desamor enamora,
aunque digan lo contrario:
con más fuerza se atesora;
y más entrega a deshoras
dice el amor presidiario.
En esta quinta quintilla
ese amor desembarazo.
¿por qué he de ir yo de
puntillas
a dedicarte coplillas
si no caes tú, en mis brazos?
Fernando naranjo duran
1-8-2019
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