Trashumar.-
Trashuma aquel trashumante
de piel fina o de piel dura
que decide sin premura
cómo ha de ser cada instante.
De alegría o de amargura
sufriendo de caminante
que llevando agua sobrante
pasa sed sin compostura.
Lo bueno del que trashuma
es disfrutar soles nuevos,
y en distintos rascacielos
acariciar nuevas lunas.
Lo malo del que trashuma
es ver de lejos su hogar
y a los suyos disfrutar,
o penar las mismas brumas.
Si naces ser trashumante
conocerás caracteres;
ver a buenos y tunantes
cómo afanar tus placeres;
profanos de la virtud
más allá de su medida,
proponer esclavitud
a tu espalda dolorida.
Lo bueno del que trashuma
Es cuánto pueda reunir
su mucha o poca fortuna
y saber después dónde huir.
Donde apagar esa sed
que produce el incomodo’;
lejos ya del Cuasimodo
que te quiso envilecer.
Conseguir ir descansado,
para soportar vivencias,
y elegir bien las esencias
de este mundo malogrado.
Al final, el que trashuma,
es consciente del pasado
y recuerda una por una
las maldades que ha cobrado.
Del amigo o del pariente
que no recuerdan lo dado;
y el comportamiento hiriente
de verte, cómo esquivado.
Trashumar es la virtud
de saberse bien dispuesto
a dejar todo lo puesto
cuando pierdas la salud.
Trashuma la libertad
que ayer te fuera negada,
a pesar de la explanada
que pudieras habitar.
Nunca nada es para siempre,
punto final de partida;
desde aquel duro noviembre
en que empezara mi vida.
Fernando naranjo duran
15-5-2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario