Nardo, jazmín y azahar.
Toros de Gabriel Hernandez:
Morante. El Juli y Perera.
Buen cartel en paseíllo
en tarde de azul y sol
que hasta el público llegó
a ocupar los balconcillos
y adorno-se el Baratillo
mientras el río y Triana
se morían con las ganas
de asomarse al rubio albero,
para ver a los toreros
en faenas meridianas.
Corrida 'muy' valorada
'bonita' para Sevilla
que sabe de estas cosillas
pero saltó rebrincada;
abanta y poco encelada
siguiendo el trazo angular.
Cuánto le costó humillar,
más, ¿hubo una vuelta al
ruedo?
Sin comulgar ese credo
"pelillos" digo a
la mar.
El Juli” fue tesonero
y como siempre ambicioso;
su toreo poderoso
no apodera mi tintero,
por distante, así lo veo.
Pero sonó un pasodoble
tan austero y tan salobre
que hizo “suspirar a España”
y su estoque lo acompaña
para que cunda y que sobre.
Tampoco pudo el arcángel
conquistar hoy a Sevilla,
tan poderoso es, que humilla,
sus bureles, Miguel Ángel.
Bureles de poco estambre
para su quietud de frío;
la que causa escalofrío
cuando planta en el albero
su seriedad de torero,
y hasta, !Ojú!. le dijo el
río.
…………………o………………
Tiene el torero la gracia
y ese encanto sensitivo
que te hace a ti ser cautivo
de tan suma aristocracia;
es su enjundia y verbigracia
cuyo empaque singular
da la medida y el modo
conque se mueven sus codos
con arte pa' torear:
es de aroma y fina droga
el aire de su capote;
de incienso y de capirote
donde la virtud se asoma
y dogmatiza el aroma.
Donde el viejo aficionado
vuelve a quedar apresado
y renueva su afición;
lo acentúa mi renglón,
¡Morante me ha cautivado!
Fernando naranjo duran
2-5-2019
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