Una casa chiquita
Tengo una casa chiquita
donde no hay rincones fríos
y festejan armonías
los vástagos de mi saga
ahuyentando mis hastíos.
Es un lugar reducido
pero hay amor en su ambiente:
es un lugar elegido,
un refugio natural
lejos de la mala gente.
Y de la cruel fiscalía
que a duras penas soporto,
ingratas autonomías
plenas de fieros rufianes,
que alguien debiera atar
corto.
Es un lugar bajo el sol
que nos refresca el Guadiana:
donde me colman de amor
y cuidan mis largas noches
mis musas más cotidianas.
Y acabo de hacer balances
síntesis y conjeturas
de cómo salí de trances
para poder hoy contar
con detalles, travesuras.
Fernando naranjo duran
6-1-2019
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