Axarquía..
La montaña dijo sí
ante un titánico esfuerzo.
Abrió sus carnes al fin
y entregara el cuerpo yerto
del infante prisionero,
en tan profundo agujero
de la rocosa Axarquía,
mineros bravos y austeros
arañaron el subsuelo
por Julen de noche y día.
Y justos se abanderaron,
mecenas; compromisarios;
por fin todos agrupados
gestores y voluntarios
fajaron sé bajo el cielo
con tan bravos derroteros,
que manifiesto ante el mundo
rubricaron por entero
ser bienhechores sinceros
sin alharacas, rotundos.
Me apena tanto el descuido
que envalentona a la muerte…
Que digo repito y digo,
no hay que tentar a la suerte.
Que la suerte es muy traviesa
y toda vida atraviesa
por infancias desvalidas,
donde el peligro se apresa
con sus garras más aviesas
de la inocencia atrevida.
Fernando naranjo duran
26-1-2019
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