¿Dónde aquella inspiración
que supo hacerme feliz
y a su vez a mis amantes?
¿qué fue de mi gen galante
que hoy no consiente existir?
Más, sigo siendo aquel de
antes
el que de amor escribía:
el que buscaba fragante
unir sílabas al verso
por si a mi amor te rendías.
Huérfano soy del mordiente
que supiera enamorar:
tras los años, ay mis dientes
más, no digo amargamente:
pues llegó el saborear.
Las cosas de la estación;
donde el tren que va la vida
sofocada de los años
se detiene a tomar agua
rendido ante la fatiga.
Fernando naranjo duran
17-1-2019
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