Como las flores silvestres
con la fuerza de la tierra
quisiera yo conocerte;
aunque me robes la calma
y me otorgues sin querer
licencia para poseerte.
Te prefiero pecadora
libertina y lujuriosa;
te quiero llena de vida
y que provoques mi celo
ahondando en mis anhelos
tu esencia pecaminosa.
Con la fuerza de un capricho
y mis insurgencias de hombre,
suspirar sobre tus poros
el palpitar de tus senos,
y alcanzar clímax de amor
entre estertores sin nombres.
Devolverme tú a la vida
a la chispa de vivir;
a jugar con los momentos
y amancebar sentimientos
entre dos seres que viven
alejados entre sí.
fernando naranjo
duran
22-10-2018
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