La justicia en lentitud
permite al acosador
continuar con su maltrato
psíquico y nauseabundo,
tan propio de un perdedor.
Tan solo un rayo encendido
o un hachazo justiciero
pueda quedar eximido
al aprendiz de homicida
tributar de carnicero.
Al que acosa solapado
a una indefensa mujer
debe ser ajusticiado,
y su nombre en los pasquines
sea de escarnio obligado.
Vengan los legisladores
a legislar con respeto
pues de mujeres nacieron:
más, parece que prefieren
trasladarlas a algún guetto.
¡La justicia para todos
en su presunta ceguera!
-Legislador o rufián-
caiga el peso de la ley
con su plomada certera.
Fernando naranjo duran
28-10-2018
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