(musa)
El vuelo de su capote
va perfumando el ambiente
y hasta se humilla el relente
al
achicar un derrote.
Este barquero indolente
remero de bajas mares
espera las pleamares
para hechizar al creyente..
Beatos
de sus altares
tan fieles de sus aromas
que a cada plaza se asoman
para aplaudir sin pesares
por soleá y soleares:
esa
intensa torería
que dios le diera algún día..
Por la gloria de cotón
que les roba el corazón
a toda feligresía..
fernando naranjo duran
6-9/2015
Foto de mi amigo, el gran aficionado Juan Antonio Carmona (del Castillo
de las guardas)
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