El Arte
(o la
obscenidad de los intereses creados)
Según la
real academia de la lengua, el arte, es la “Creación de cosas bellas” a través
de un “Conjunto de reglas” “Habilidad” o “maña mental” ¿Entonces por qué,
pequeños grupos de individuos políticamente armados son los encargados de
resumir y dictaminar lo que es presuntamente premiable, como ARTE? ¿Es el arte
una herramienta en manos del cooperativismo necio y servil de un monorrimo
movimiento social y económico?
Nadie, o
pocos se preocupan de estos análisis al estar inmersos en sus propios, y no
pocos problemas, creados la mayoría por el ya mencionado cooperativismo
implantado desde la noche de los tiempos para dominar al individuo, indefenso
ante la ley impuesta (casi siempre) por los hombres malos, de toda la historia
‘no memorizada’ y aunque estemos en tiempos de guerra “ese otro arte” lo
retomaremos en otro momento. Ahora me
interesa el arte por el arte. El seguidor apresado por un aborregado statu quo”
que no acaba de darse por enterado de las reglas impuestas por otros hombres
malos travestidos de palomos, “que no enseñan la patita por debajo de la
puerta” pero dispuestos a dar necios y huecos discursos tratando de conducirnos
hacia un destino nada claro que nos pueda llevar a buen puerto ( a ver si al
fin y al cabo, sea de buena esperanza).
Ejemplos: Después
de las heredadas tesis del maestro Leonardo da Vinci o las excelsitudes de
Ticiano. Ruben’s. Goya. Velázquez y tantos otros, ¿quién se desaforó
encumbrando el “Guernika”? Mural frío e incongruente,
autoría de un viejo y loco malagueño creado quizás durante un mal sueño político,
al que después llevaron a la gloria eterna, ese galimatías pictórico, el que necesita de un especializado guía para mal
entender el opaco mensaje, más propio de un collage de aula o patio de recreo
infantil. Como las desvirtuadas pinturas
del excéntrico de Cadaqués. ¿Virtud?
(según la R.A.E.) , “cualidad de oficio” Pureza, templanza, valor
civil. (se dio también entre Paco Camino
y Manuel Benitez “El cordobés”)
Y cómo no,
en el arte espiritual de la escribanía poética de aquellos grandes que nos
antecedieron, Gustavo Adolfo Bécquer que escribiera al amor, por amor, con
ritmo y compás sin condiciones. Miguel Hernández, que por tintero tuviera un
recipiente con sangre de sus propias venas. Don Manuel y Antonio Machado. El
primero, enamorado de su tierra natal y español hasta la médula que supo captar
todo el hechizo de una época de amor y pasiones mundanas, descritas con ese arte
de nuestro sur encantado. O su hermano, Don Antonio. Escritor y recio poeta con
derechuras de arte grande, e izquierdosas maneras de entender con escrupulosa
pulcritud los vicios y las malas raleas de los caciques de entonces, de ahora y
de siempre sobre esta piel de toro.
Nada que ver con los mercachifles abrazados a
las ambigüedades metafóricas de Lorca o Guillen y tantos otros los que hoy agazapados
se abanderan tras monorrimas composiciones, viajeras a ninguna parte, como si largas
y vacías conversaciones con la pared puedan ser influyentes en los mansos cerebros adornados
de apéndices con alfanuméricos crotales, asiduos peregrinos a un mismo pesebre
político y social.
La mafia es
el brazo ejecutor del cooperativismo descrito. Potestad de los países latinos
cuyos caciques aprovechan e incentivan las irracionales pasiones que habitan en
estos idílicos parajes, para mejor gobernarlos. Todo es una burda mentira, y
tras ella, los más avispados se asocian para acuartelar al resto de incautos,
poniendo centinelas en bien administradas garitas, no distantes, para mejor custodiar
“Al rebaño de las artes”.
Fernando
naranjo duran
20/09/2020
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