lunes, 22 de junio de 2020

SATURIO


                           
                              SATURIO 

 (a mi orgullo ibérico; el que también tiene derecho a equivocarse)

Abucharado me tenía un asuntillo que fue tomado vuelo a partir de un “soplo delator” por parte de un necio y taurino “gabinete de prensa” y juro que jamás podría suponer su trascendencia en la que, mi reputada honestidad quedaba en entredicho. No estoy acostumbrado a tragarme mis propias palabras, puesto que siempre las había sometido a juicio antes de darle fiesta. ¿Pero mira por donde en esta ocasión estaría el oficial de guardia en la cantina, o vaya usted a saber? Y formaron consejo de guerra a mi pluma jaranera, y al sistema vascular que impulsaba mi emoción en esos instantes en que sometieron a sumarísimo juicio a este corazón enamorado, por negligencias de algún “relés" que en mis hemisferios no estuviera pendiente en su puesto de servicio" como guardián de “la caja negra” de mi añejo automotor.
Me sentí enfurecido por la saña que empleó hacia mí aquel “Divo” de la escritura, al que no tardó en dar respuesta mi poco afortunada y bisoña arquitectura literria, aún sin conseguir “birrete” la que después de contar varias veces “hasta cien” dio le respuesta con cierta dureza, y fueron  censuradas a su vez por un “tartamudo y necio coro de grillos” que abrevaban de entre los níscalos que retoñecen en ese paraje evocador  del “Mesón del  buen Inquisidor”  regentado por el renacentista y plateresco plumífero  "Maese Francisco Callejo" diestro en esgrimir estilográfico adminiculo desde su taurino plastrón, intentando abacorar"  mi corajudo sentir, que,  por esta ascendencia -cristiana-judeo-arábica-  plenas de rarezas, aún confusas para mí, en esta vieja piel de Toro, y habiendo nacido al sur de la vieja Iberia,  porto desde mi niñez,  la inmediatez con qué me solicita el hervor de mi puchero y sus emergentes destellos, estos que a veces, son difíciles de controlar. Y como punto final, es de mi honesta intención dar “puerta, o carpetazo” a este enrarecido asunto que me ocupaba.

Quimeras.)

¡Pardiez! ¿Que si hay desventaja?
Sí jamás blandí un florete,
y este pollo me arremete
esgrimiendo gran ventaja!

Pretende cruel mi mortaja,
barbián envalentonado,
y aunque seas licenciado
este bardo no se raja!

Pero se siente agraviado
por tu estilo malandrín,
truhan versallesco y ruin
de escribir enrevesado,
no te habría sospechado.
Me has tendido una celada
y en traidora puñalada
me has dejado al desabrigo,
en boca de algún testigo
de lengua sucia y osada!

Agudos tus alfileres
y humildes mis garabatos,
a desacostumbrados tratos
que hoy tu astucia les infiere,

En un trance de arrebato
si pudiera hacerte sangre,
sangraría tu cochambre
¡Que ni ante dios me recato
en sofocar al pedante!
Cuánto bien hiciera el hambre
en un burgués arrogante,
serafín de necio estambre,
plumífero malasangre
de venerado tintero.
Maldigo yo el negro cuero
en el que pende su estoque!
Quiera dios no le revoque
bajo el ala del sombrero.

Saturio.

No trae buenos augurios
alancear los molinos
de un río con buen destino:
solo me subió el mercurio;
pues el Duero abajo amansa
cuando plácido remansa
por su ermita sin enfurios.

Fernando naranjo
11-1-2011

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