Amar en tiempos de guerra.
Voy a decirte unos versos
-que no acaricien mis
dedos-
hoy, que los escriba el
alma;
que mis ojos andan ciegos
y pidiendo sin sosiego
la paz que al alma desarma.
Quizás ciegos por anhelos
mis ojos no puedan ver
y se desgastan en duelos
por esos posibles celos
que tú les causas, mujer.
Que si ya no te han de ver
aléjate de mis sueños,
y de mis constantes
diarias;
que se relaje el empeño
de esta inútil catenaria,
que ha perdido conexión
en una esquina cualquiera?
Un cortocircuito infiel
la opción a oscuras me
deja
de volverte a ver, mujer.
Más, no pierdo la ocasión
de decirte estas tres cosas.
Despertaste la ilusión
a este loco corazón
tan fiel donante de rosas.
Fernando naranjo duran
08/06/2020
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