jueves, 12 de mayo de 2016

(las cosas de las Ventas del espíritu Santo)



Alguien me contaba un día que  después de  las casas reales (Véase Maestrantes y toda esa  generación de jerarcas  en esencias)  gestoras de las maestranzas, al dejar en manos de la “plebe”  dichas direcciones; estas  después de lo que habían visto, y aprendido. (No hay nadie que aprenda más rápido en el mundo que la gente del toro) e incluso más que las nuestras, trashumantes  de las Ferias. Pues bien; me dijeron que cuando llegó don Livinio Stuik a la dirección las Ventas; este no perdió la oportunidad de  inventarse la bien entendida feria de San Isidro, pues a su vez pensó en el Toro grande y destartalado (barato;  por su escasa selección) y de esta manera el billete chico para la figura, entremezclándola con la torería de menos fuste para organizar  una larga feria en la metrópolis madrileña en donde era seguro llenaría sus arcas sedientas del polvillo del oro. No dudo que esté bien informado este caballero que “me lo chivara por lo bajini”


Esta feria de San Isidro aun no la he comentado como viene siendo mi costumbre desde hace más de una década, y es que me siento un tanto defraudado al ver  tanto sufrimiento en la torería queriendo hacer lo imposible  con el ganado que salta a esta plaza;  la más hermosa del mundo.  Atacada siempre por los vientos y los aguaceros que se soportan en ella en estas fechas isidriles. Hoy fue otra tarde anodina e imposible de remontar a no ser  por la fe y la bravura de Gonzalo caballero, que “se dejó matar” como siempre al insistir  por un pitón muy alevoso  que no supo tapar en su afán de triunfo para él tan necesario.

No así Pedrito el Capea, al que no le veo asiento para acudir a esta Plaza de tanta responsabilidad y alcahueta por la retransmisión vía TV a tantos lugares en donde han de pensar lo mismo sobre este torero que debiera abandonar e irse a su casa  ganadera, en donde haría mejor labor que ocupando un sitio  de algún  necesitado con menos posibles..(Dios me perdone)

Entre la descastada y agria corrida enviada por el Sr. Del Ventorrillo, en quinto lugar saltó un buen mozo de nombre “chocolatero”  de negro pelaje  y con una romana de 532 kilogramos, el que después de hacer una respetable pelea en el caballo, pasó el fielato de las banderillas y se dejó su buena clase, fijezas y derechuras en la muleta de este Moreno de Aranda que sin ser para quitar  las tapas del sentío a nadie,  supo estar bien en esta su última tarde venteña. El toro fue merecidamente aplaudido en su cortejo final y el de Aranda paseo con toda justicia un apéndice  de este buen toro.

fernando naranjo duran

13-5/2016

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