sábado, 12 de junio de 2021

¿MACHISTA?..

¿Machista? Soportamos a duras penas los varones en esta desdibujada España las crucifixiones a que nos somete nuestra nueva izquierda en manos de un vulgar y esquizofrénico sujeto, el que por sus reconocidas malas artes ha conseguido alinear esa nutrida tropa de “feministas” legionarias de fortuna, que, armada hasta los dientes junto a ese ejército de gay’s al que se alistan diariamente numerosos grupúsculos de reclutas, sin tope de contingencia. A los que veremos en un solo bloque (dios mediante) desfilar al paso de la Oca si nadie pone remedio y orden en los comicios próximos, donde tambien son expertos en “los recuentos” tanto malandrín sin jáquima y a lo loco. España es un país civilizado, nada que ver con esos barbaros que se adentran habida cuenta en nuestro suelo, autorizados para un futuro inmediato engrosar las filas del politburó bolchevique que trata de informarnos a todos sin miramiento alguno. Dios, ¿no pobló de asesinos “y asesinas” el globo terráqueo? Es la inexorable degeneración que sufren los humanos a falta de una doctrina asociativa de carácter familiar, ese férreo anillo, más o menos garantizado, que inútilmente pretende destruir la izquierda a toda costa, haciendo suyo aquel viejo proverbio filosófico de, “divide y vencerás”. El demonio que lleve el humano en sus adentros lo deben de domeñar, y no contrariamente exhibirlo como trofeo de caza y símbolo dogmático estos “malandrines y malandrinas” que ocultan el rostro del ratero, violador o criminal de aquellos delincuentes emigrados, o de nuestro propio país. Convenientemente reclutados para para su campaña política. A la que no dan descanso desde que apareció exhibiéndose como un poseso, tahúr y genocida, siempre en busca de pactos endiablados para no desalojar aquel palacete donde recrear sus sueños monárquicos. Porque lo suyo no es gobernar, él solo quiere ser el jefe, el dueño y señor, una especie de emperador para distribuir a su antojo el derecho feudal de “pernada”. Hombres de malas entrañas y mujeres, de peores, siempre poblaron la faz de nuestra tierra, y no deben ahora los de la nueva izquierda generalizar, porque cierta parte de culpa tienen ellos en su haber, desde su propaganda doctrinal fomentando la indisciplina orquestada para el ocio excesivo, apartados de los viejos ideales propios del trabajo y de la fe en el futuro de la doctrina cristiana; donde hacer crecer el bien común, y el respeto a las constituciones legislativas de nuestra nueva era, a pesar de sus lagunas concienzudamente preparadas para escapar con un buen botín a las primeras de cambio sin temer una persecución a ultranza y purgar después entre rejas una bien y justificada condena. Esta injustificada persecución al hombre debe terminar por esta turba de carácter populista, abogando una irrealidad como su cacareado dogma “progresista” donde el respeto y el progreso no se atisba por ninguna parte. Y solo en despropósito que alimenta a vagos y maleantes, los que, tras la bandera social comunista, entran a saco junto a la desaliñada desnudez de cuerpo y alma de feminazis’ que abanderando guadañas van contra la honradez de los hombres dedicados al verdadero progreso y a la unión familiar. ¿Qué es? ¡esto de machistas! Los hombres y mujeres que delincan deben sufrir primero un estado de supuesta inocencia, y tras un severo juicio, si se demuestran culpables un castigo austero, enjaulándolos debidamente, ya sean hombres o mujeres, que haberlas ahílas sobre esta tierra donde el sol no acaba de hacer justicia. Fernando naranjo duran, 12/06/2021

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