domingo, 21 de febrero de 2021

¡Por favor!!

¡Por favor!! No quiero pensar que el cincuenta por ciento de aquellos defraudados de unas u otras formaciones políticas, quizás con cierta rabia votaron con fe de honrada y honestas personas a esta ufana y dicharachera formación que les ofreciera este nefasto equipo que lidera Podemos. No creo que pudieran pensar en estos peligrosísimos derrapes que esta organización efectúa en estos momentos. Me gustaría saber que aún quedan personas razonables que miran por sus hijos, sus padres y por aquellos amigos de la infancia que quizás hoy maldigan haberlos tenido de compañero de clases y de juegos. Como tampoco este desfigurado P.S.O.E. en el que militaron tantos compañeros míos de juegos. Camaradas de mi adolescencia, de mi juventud y de mis años de trabajo con los que tuve y mantuve una impecable amistad, los que incluso me insinuaron en algún instante pertenecer a sus siglas pensando en futuros quizás mejores, cuando los verdaderos triunfos y progreso fueron durante mi etapa laboral. Ahora se cierne la guadaña de un tenebroso segador, al que acompañan, aquellos jinetes que Blasco Ibáñez puso renglones en solfa. Me siento defraudado y quisiera pensar que aquellos amigos antes citados se encuentren en las mismas cábalas que un servidor al poner mis dedos sobre este teclado de baja visión que hoy es mi compañero de quizás mis últimos viajes, pues cuando se apague esa lucecita que avisa estar encendida la ilusión, ya habré cerrado esta ventanilla cara a mis amigos y algún transeúnte que curioso se pregunte ¿Qué hace por aquí este feriante de después de la guerra, creyéndose clarín de unos torpes versos y doliente ciudadano de a pie que pone su ánimo en marcha para citar estas lanzadas que nos dan sobre nuestros costados, agresores de pacotilla pero con muy feas intenciones?. Amigos, o lector que, al paso se detenga y curiosee mis renglones. No pertenezco, ni quiero pertenecer a ninguna formación política, solo quiero saber que mi país y mis amigos y mis gente toda no encuentran una barrera para seguir su camino de honestidades inculcadas, ni que los acechen en ninguna emboscada para quitarles lo ganado con sus sudores. Ni tampoco sus vidas hechas a mano por indicación directa de nuestro dogma familiar desde tiempos ancestrales. Deseo retorne la paz, y esa lengua que todos conocemos sin ambigüedades torticeras, que solo valen para el engaño, el enjuague y la traición filibustera de los bucaneros que da el nuevo orden político. Como pedir si es que aún quedan gentes con bríos y razones candentes, detengan este caos ciudadano y humanitario que se ha originado por la apatía de los enfrascados en la lujuria del poder, en los vicios y en la droga que atormenta al pueblo y atrofia sus mentes, dejando su hacienda y a los suyos a los pies de los caballos de esta Troya de sentimiento infame, pero nuestra. Fernando naranjo duran.

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