sábado, 26 de diciembre de 2020

!Bravo Henry

 

Bravo, Henry

Anteriormente en algún otro ‘chispazo literario’ dejé entrever que estas épocas navideñas no son para mí del todo ‘redondas’ pues algo de tristeza en su línea de nostalgias convergen en mi ánimo año tras año, provocándome cierto estado de desasosiego al recordar a los míos más cercanos, los que hoy no dejo de recordar por inapelables ausentes.

La emoción, como siempre traicionera nos sorprende dejándonos una sensación que en este caso de hoy fue de placentera alegría, aunque  compartida con la tristeza, cruel y omnipresente en el devenir diario de los que venimos de un epígrafe hoy maltratado por la circunstancia que acarrea esta pandemia al planeta de la Feria.

Pues todos ustedes, mis amigos en estos medios saben el férreo vínculo que me une a este epígrafe del espectáculo viajante, amén del inoportuno trance por el que pasa en toda su extensión atravesando un particular Vía Crucis, sin el más mínimo gesto solidario por parte de la administración autonómica, como del propio Estado, que tiene sus singularidades’ indolentemente que alimentar tras un nauseabundo batiburrillo creado con la venia de los promotores del Covd-19.

 Correligionarios  camaradas, que obviando el número de bajas afanosamente buscan extinción sin necesidad de autorizar la Eutanasia poner punto final a toda una honrada trayectoria moral, cívica y trabajadora de hermanos españoles a los que darán matarile’  con este preparado argumento revanchista de nuestra ‘memoria histérica’.

Hoy al filo del mediodía, esa primera cadena TVE, la  que se alimenta de nuestras faltriqueras se entretiene día a día en desmoralizar al pueblo con un inmisericorde y frontal ataque hacia  nuestro jefe de Estado “en funciones” Más, hoy tuvo un halo de decencia y trajo a mi sobremesa  gratas noticias sobre el sorteo nacional de loterías, donde la diosa fortuna tuvo graciosamente  a bien premiar con un  décimo a mi amigo Henry Martins, esposo de mi paisana Luchy Díaz.

 Sencillos y honestos feriantes  vecinos de Punta Umbría, al que conozco desde su infancia, y al ver cómo le entrevistaban, observé como con  todo el desparpajo que sus genes le otorgaron, junto al diploma universitario expendido por la propia vida sin alterarse, por ser persona de mundo, y aprovechando el relance con suma naturalidad, hizo suyo el micrófono desde el que  desgranó en un tiempo récord, por escaso, pero rotundo y preciso parlamento, dando gracias por el bien recibido y añadiendo una seria plegaria en favor de la obligada parada, y el posible holocausto que sufrirá nuestro planeta de la feria, el que sin ayudas y en silencio, si dios no lo remedia, dará al traste con numerosas familias de toda la vida, aquellas que buscaron su bienestar en una honrada situación errante. La que sin duda hará verter mucha tinta por  la  deplorable organización estatal por no ir oportuna y disciplinadamente contra la pandemia del siglo, que sin cuartel tanta catástrofe sigue originando.  

Amigo Henry, hoy declaro ante todos aquí presentes, que con tu filantrópica y caballerosa  actitud  me sentí  totalmente identificado, ejemplar tu proceder dignificando con todo talento nuestro maltratado y olvidado ejercicio de mercaderes de la sonrisa. Confieso que emocionadamente no me pude contener y he vertido unas lágrimas. ¡Gracias! Que dios siga siendo generoso contigo y con  los tuyos.  Como para el resto de compañeros de la feria, los que hacéis posible que el funcionamiento de este tradicional, castizo y costumbrista medio de vida pueda seguir atravesando todos los lodazales y calzos, que una mala administración pueda poner ante el avance impetuoso de nuestro aliento batallador. ¡Bravo por ti, Henry!!… ¡Un fuerte abrazo!

Fernando naranjo duran.

22/12/2020

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