A don Ramón Vila
El Bétis enrojecido
no navegó verdiblanco…
Y casi quedo se estanco
ente el drama acontecido,
¿fue tanto torero herido?...
A rezar si se detuvo
y las lágrimas contuvo
su marea enamorada...
Sin brújula, ya varada,
pues Santa Ana atenta estuvo!
Los galenos maestrantes
cuelgan su alma en bandolera
para dar vida torera
cada día, a cada instante
con vasos comunicantes
desde un río con barqueros
que aporta riegos toreros
a un maestro, de hila que hila...
Será siempre Ramón Vila
Ángel del corro milagrero!
fernando naranjo
13-9-10
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